

Tú puedes, tú siempre puedes
Ser padres o madres no es una tarea fácil: cambia la rutina, el descanso, la dinámica familiar y de pareja. Pero todo eso tiene una bella recompensa: la sonrisa de nuestros hijos al sentirnos cerca. Debemos reconocer, sin embargo, que hay un momento en nuestras vidas donde todo consuelo parece insuficiente: cuando enfermamos. Traigan a su memoria aquellas gripes, cuando aún no llegaban nuestros hijos. El catarro, la fiebre, el dolor del cuerpo, se solucionaba con atravesar la